La crisis originada por la pandemia del COVID-19 es algo que nos afecta a todos, eso incluye a niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad, que son el grupo objetivo de MiPequeñaAyuda – MySmallHelp Perú.
Perú está actualmente sobreviviendo a la peor crisis de todos los tiempos desde la aparición de la influenza, la cual afecta particularmente a los grupos más vulnerables de nuestra sociedad, en especial a aquellos con condiciones médicas preexistentes.
En MiPequeñaAyuda entendemos que es un momento difícil y desafiante tanto para familias, como para las muchas organizaciones y voluntarios que hacen lo que pueden para ayudar a otros de la mejor manera posible durante la crisis. Por ello, es crucial que las organizaciones de sociedad civil, los políticos así como los distintos actores públicos y privados comprendan cómo los niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad experimentan la crisis actual para poder apoyarlos adecuadamente durante y una vez pasada la crisis.
En nuestro caso, nos esforzamos mucho para continuar con nuestros programas y el apoyo a nuestros beneficiarios en estas circunstancias excepcionales. Para ello, fue necesario realizar el acompañamiento telefónico con cada una de nuestras familias beneficiarias y con los presidentes de las comunidades a las que apoyamos desde que se decretó la inmovilización total en Perú, el 16 de marzo del 2020. Suspendimos nuestras actividades externas, para no poner en riesgo la salud de nuestro personal, comunidades y familias beneficiarias pero continuamos monitoreando cómo se sentían y cómo estaban afrontando la situación a nivel individual y colectivo. Además, para poder aclarar sus dudas, asegurarnos de que todos estén bien y explicarles mejor sobre el COVID-19 ya que circulaba mucha información que los pobladores no comprendían.
Por otro lado, tuvimos que evaluar vías alternas para que los niños continúen con sus estudios, pese a las limitaciones que enfrentan y plantear soluciones para realizar el acompañamiento educativo con ellos. Seguimos evaluando alternativas para reanudar nuestras actividades regulares en el corto y mediano plazo, analizando cómo las actividades pueden y deben reprogramarse, posponerse o redefinirse si es necesario. Hemos sido flexibles y buscamos responder a las necesidades individuales que puedan existir.
Es así, que juntos pudimos sobrellevar los obstáculos y desinformación que existía. Nos llenaba de satisfacción saber que todos se estaban cuidando y las comunidades habían cerrado sus rutas de ingreso para cuidar a la población y a sus familias. Las comunidades comenzaron a divulgar los protocolos de seguridad, la importancia del lavado de manos, el uso frecuente del alcohol para la desinfección y enseñarse los unos a los otros. Si alguien presentaba un síntoma pues avisaban inmediatamente a la posta de salud de su comunidad para evitar contagios y poder tratar a tiempo y de forma efectiva el virus.
Agradecemos a todos nuestros beneficiarios por sus grandes esfuerzos para asegurar el cuidado de sus hijos y sus familias en estos tiempos tan difíciles que todos afrontamos y por confiar en nosotros para continuar trabajando juntos y apoyarnos mutuamente como la gran familia que somos.